Marco García
Sobre mí
Propietario y chef
Mi nombre es Marco García nací en Sevilla en una tienda de ultramarinos y crecí como hostelero, en el bar de mis padres, el actual Cristina Bistró.
Siempre pensé tener un bar que me recordase aquella tienda con el ambiente de una tasca, donde se pudiera beber, comer o comprar.
Un poco de historia…
Al principio nos dedicamos a servir desayunos, cuando estos eran raros de tomar en un bar, eso era cosa de señoritos, pero al tener cerca la universidad, se normalizó hasta tal punto que fue el pan de cada día.
Entonces se llamaba Café Bar Cristina era el año 1988.
Tomar pan con aceite era cosa de pueblo, el jamón era un lujo tomarlo en tostadas, el tomate para los catalanes. Lo habitual era pedir margarina, fuagrás o manteca de lomo.
Los primeros zumos de naranja eran una pesadilla prepararlos, los pedían solo los pudientes viajados, hasta que compramos una máquina de hacer zumos casi automática, de las primeras de la ciudad.
Pedir una copa de aguardiente o de coñá, estaba hasta bien visto.
Los cafés los servíamos en vasos de caña, torrefactados y de la variedad robusta, con la leche fresca de bolsa, las primeras sacarinas, las mirábamos con desdén ¿qué pijada de dieta es esa? jajajaja… que tiempos aquellos! Los primeros turistas los vimos en la expo92.
Luego los platos combinados, así empezamos a cocinar y ya no hemos parado de hacer y de aprender.
Pasaron varios años y dimos un giro hacia una gastronomía más casual.
Con el auge del turismo fuimos ofreciendo nuestra gastronomía más andaluza, tratando siempre de ir adaptándonos a los cambios, atendiendo al turista que visita nuestra ciudad y a nuestros clientes de siempre que tenemos desde hace años, todo un regalo de personas estupendas y queridas.
En la actualidad…
Vuelvo una vez más, a tratar de adaptar el Cristina, al cambio actual.
Cristina Bistró se adapta nuevamente, como taberna andaluza, como tienda gourmet y con picnic, donde podrá comer, tapear o cenar, tomar un café, disfrutar de un vino o comprar una botella o algo que le guste o pedir un picnic para disfrutarlo donde quiera, desayunar o merendar.
En esta nueva etapa, quiero volver a ofrecer productos de calidad, buscando aquellos que me parecen distintos e interesantes, cocinar de la misma manera que hasta ahora con paciencia y respeto, atenderles con una sonrisa cómplice y tratar de hacer sentir cómodos y felices a mis clientes.